En el año de la fe, cruzar el dintel para encontrar a Jesús. La oración es la respiración de la fe, que nos permite adelantar el cielo. Entonces viviremos con la alegría del amor, pues estaremos seguros de estar siempre con la más amable de las compañías.
María nos enseña a orar
Aunque llevemos muchos años haciendo oración, debemos reaprender a orar. Porque se trata de encontrarnos con Jesús vivo, y hacerlo con emoción, ansia y embeleso. Y porque orar es intentar comprenderlo a Él, por encima de su mensaje. Y en esto, ¿qué mejor maestra que María?
Todo depende del encuentro
La existencia de cada hombre se define en términos de los encuentros con Jesús. Uno solo cambia el rumbo de toda la vida. Hemos de educar nuestros deseos para desear esos encuentros como lo esencial, pues Jesús se revela a quien tiene esa ansia. ¿Cómo disponernos?