Unidad de vida



Unidad en Cristo

Los primeros cristianos eran un solo corazón y una sola alma. Comunidad fervorosa; la realidad de Jesús les era cercana, y María y los apóstoles los mantenían unificados. La unidad procede de la misma Trinidad, y es equivalente al amor entre las Personas divinas. Amando a Dios, todos con el mismo sentir, sin que nadie desentone, tendremos la más fuerte y segura de las unidades.



Comunión: proyecto del Padre.

El Concilio Vaticano II insistió en el concepto de communio, pues nadie se salva individualmente, algo así como el regatista que da la vuelta al mundo en solitario. Nos salvamos en la unidad, entendiéndola en sentido profundo: la unidad en Dios. Por eso “la comunión eucarística es la expresión adecuada, perfecta, del proyecto del Padre celestial: hacernos uno en Cristo”. Como ahí se realiza nuestra communio, preparémonos mejor para recibir la Eucaristía.