Ascensión



La Ascensión inaugura la nuestra

Jesús bendice a sus apóstoles al ascender, de acuerdo al relato de san Lucas. Ellos vuelven a Jerusalén llenos de gozo. ¿Cuántas realidades estupendas tiene Dios para comunicarnos en este misterio? Que también nuestra carne está llamada a ser glorificada, a ser introducida en el seno del Padre. Por eso nuestra palabra fundamental al plan de Dios ha de ser ¡sí!, viviendo alegremente el tiempo de la espera.



La nube de la Ascensión

El misterio de la Ascensión nos revela nuestro destino eterno: estar, con Cristo, en el espacio de Dios. Benedicto XVI refiere la conexión de la presencia de Yahvé en el Antiguo Testamento con la nube que ocultó a Jesús en su Ascensión. El Cielo es estar con Cristo, por lo que aquí debemos procurar nuestra mayor unión con Él.