Noviembre



2 de noviembre

Ánimas benditas: preparar la muerte.

Este día nos recuerda el destino de todos. Y nuestra obligación de ofrecer sufragios por cuantos no se han acabado de purificar: las benditas ánimas del purgatorio. Tomemos en serio la revelación de que existe un destino eterno, volviendo a las verdades de la fe: en nuestro tránsito, nos encontraremos a Jesús. Encender, pues, el ansia de ese encuentro.



3 de noviembre

Devoción a la Sagrada Pasión

Los viernes, día penitencial, meditemos la Pasión de Cristo. Nos confortará, invitándonos a ser generosos con la cruz y dándonos la alegría de compartir con Jesús sus sufrimientos. Colaboremos con las inspiraciones del Espíritu Santo que busca purificarnos con las penas y el dolor. Y pidamos el spatium verae poenitentiae, para presentarnos purificados ante la Majestad de Dios.



4 de noviembre

En estado de oración

La oración es la vida del corazón nuevo, del corazón que ha recibido la participación en la vida divina. Debe animarnos en todo momento, siendo tan frecuente como el respirar. Es la respuesta al Dios que nos desea. Esa continuidad será posible si el corazón está inflamado de amor. Podemos colaborar en ese proceso ayudándonos con industrias humanas sabiendo descubrir, gracias a nuestros sentidos externos, los mensajes que nos manda Dios.