Corazón de María



María, consuelo y esperanza.

Jesús anunció que sus discípulos tendríamos tribulaciones en el mundo. Pero, conociendo nuestra debilidad, quiso darnos unos brazos maternales y un corazón amoroso que nos sostuviera. María es nuestro consuelo y nuestra esperanza. Hagamos identidad de mundos con Ella contemplando los misterios del Rosario desde su Corazón.



En el Corazón de María

“Acostúmbrate a poner tu pobre corazón en el dulce e inmaculado Corazón de María”. De poner en práctica esta invitación experimentaremos el proceso de ósmosis: todo lo bueno, lo puro, lo amoroso, lo santo, lo humilde y lo agradecido de ese Corazón irá siendo nuestro.



Volar como las águilas

En la memoria litúrgica del Corazón Inmaculado de María alabamos a Dios por sus prodigios y nos llenamos de esperanza al saber quién es Aquella que nos marca la pauta. Evitar planteamientos conformistas, sabiendo que Dios puede llevarnos a alturas insospechadas. Confiar en la gracia y replantearnos una santidad grande.