Corrección fraterna



Corregir: finura de caridad.

La señal característica del cristiano es la caridad. Pero… ¿cómo concretarla? A través de las obras de misericordia, sobre todo las espirituales. ¿Consuelo al triste? ¿Soporto con paciencia los defectos del prójimo? Atendamos especialmente a corregir al que yerra, pues podríamos pecar de omisión al no impedir el descamino de alguien. Ejemplo de una corrección fraterna que hizo santa Teresita..



Corregir desde la caridad

“Arraigados y cimentados en la caridad”, dice la carta a los Efesios. Desde la caridad, colaborar con la verdad, también con la verdad de cada uno, haciéndoles ver qué puede separarlos de Cristo. Haciendo corrección fraterna evitamos el juicio crítico, y elevamos la temperatura espiritual de todos.



Ayuda mutua y corrección fraterna 

El hermano, ayudado por su hermano, es fuerte como ciudad amurallada. Hay una filiación divina y, derivada de ella, una fraternidad de lazos espirituales (“más fuertes que los de la sangre”, decía san Josemaría). Todos somos vulnerables, y necesitamos ayudarnos en los más diversos campos. ¿El tono? La delicadeza extrema. ¿Lo más importante? Ayudarnos a ser santos, practicando la corrección fraterna.