Corrección fraterna



Omisión y corrección fraterna 

En las parábolas del Señor descubrimos la importancia que tiene, en orden a la retribución eterna, el omitir lo que debíamos haber hecho. Y lo que debemos hacer es ver a Cristo en los demás, al Cristo que cada uno debe ser. De ahí nuestra obligación de ayudar advirtiendo al prójimo lo que le impide la identidad con el Señor.



Vulnerables pero apoyados

El libro de los Proverbios dice que “el hermano ayudado por su hermano es fuerte como ciudad amurallada”. Nuestra vulnerabilidad queda robustecida por el apoyo fraterno. Especialmente el apoyo para nuestra santidad personal, a través de la oración y la corrección fraterna. Evitamos el peligro de la división, del espíritu crítico y de las amistades particulares.