Epifanía



Estrella de la fe

Como los Magos, abramos nuestro corazón a la luz, abramos nuestro corazón a la fe. Porque creer –credere, en latín- es cor-dare, dar el corazón, dar el Sí incondicional a Dios en un pagaré que no se hará efectivo sino en la eternidad. Cuidar la fe, virtud oculta, humilde, pero de la que depende todo.



Epifanía: Seguir la señal del Mesías.

Pasaje lleno de poesía. Al recién nacido lo honran los ángeles, los hombres, los irracionales y también los astros. Una estrella brilla de modo singular y las demás palidecen. Abrirnos a la fe, abrirnos a las señales de Dios. Simplifíquese, dijo Mons. Martínez a la beata Conchita Cabrera. Centrarnos en la fe que nos lleva al abandono total.



Luz de Epifanía

La Epifanía viene a señalarnos idéntica ruta que la Estrella señaló a los Magos. Se trata de Jesús, al que hay que conocer, escuchar su palabra, dejar que nos acompañe, adorarlo, contemplarlo y descansar en Él. Nada es lo mismo con Jesús que sin Él, y siempre podemos intentar una nueva conversión a su intimidad.