Contemplación



En todo y para todo contémplalo

La predicación del Señor revela una fuerte impronta del mundo rural palestino. Jesús vivía en el campo, y animaba a contemplar la obra creadora de su Padre. Sigámoslo haciendo, pues la contemplación de un hijo de Dios no es sino el ejercicio de las virtudes teologales. Desde la contemplación eucarística, pasando por las imágenes, siguiendo por cada suceso, cada cosa, cada persona…



El Cielo es contemplación

Dios ha querido hablarnos del Cielo a través de muchas y bellas imágenes: Casa del Padre, Reino de Dios, Banquete de bodas, Descanso, Vida, Luz… Pero es ante todo el Amor lo que nos habla del Cielo. En la contemplación del Amado del alma tenemos, ya desde esta vida, un adelanto de la eternidad.



Orar con la creación

“Una sola cosa es necesaria”, dijo Jesús. Ante cada realidad y en todo momento podemos, con la fe y el amor, “sacar a Dios de su escondite”. Ejercitémonos en el descubrimiento de los mensajes divinos en su obra creadora, para descubrirlo luego más fácilmente en su presencia eucarística, en las otras personas, en nuestro interior, etc.