Contemplación



Comenzar el Cielo con la contemplación

Pensar en los novísimos no es útil solo para evitar el infierno, sino también para ilusionarnos con el Cielo. Aunque sea un misterio, tenemos en el amor un indicio de lo que será esa inefable dicha. Adelantemos el Cielo con el descanso contemplativo, con la mirada permanentemente puesta en Jesús, que es Quien nos espera en el Cielo.



Recógete hasta la séptima morada

Jesús no solo nos da ejemplo como el Gran Orante, sino que también nos da lecciones de cómo orar. Cuando vayas a orar, entra en tu aposento y cierra la puerta… (Mateo 6, 6). Santa Teresa compara nuestra alma con un castillo de muchas moradas, en cuyo centro está Dios. Transitar de una morada a otra va suponiendo el avance interior, hasta llegar a la plenitud de la unión transformante.




San José contemplativo 

Santo que vive sólo para el proyecto de Dios, santo de humildad que orienta su entera existencia a servir a Jesús y a María. Maestro de contemplación en lo doméstico, porque supo estar, lleno de la paz que le daba la conciencia de hacer lo que debía, en el ámbito de la fe y del amor.