Corrección fraterna



Corrige por y con caridad

La corrección fraterna busca reorientar las desviaciones de otro en su camino a la santidad. Gran obra de caridad, porque se trata de asegurar el cumplimiento de un vocación y una misión únicas en la Iglesia. Atender además a los riesgos que pueden deslizarse en esta práctica.



Haz corrección fraterna

“Si tu hermano peca, ve y corrígelo estando a solas con él. Si te escucha, habrás ganado a tu hermano”. La historia de la Iglesia está llena de ejemplos en los que esta advertencia del Señor se ha manifestado llena de eficacia. Comenzando por la corrección que hizo san Pablo a san Pedro. Es un compromiso de caridad, que redunda en la santidad de todos.


Caridad fraterna

“El hermano, ayudado por su hermano, es fuerte como ciudad amurallada” (Proverbios 18, 19). La fraternidad es más que la simple caridad, porque se trata precisamente de hermanos. Pero no surge “desde fuera”, sino desde la verdad y caridad teologales, desde la adoración a Dios, desde Cristo. Nos salvamos “en la Iglesia”, no como elementos aislados. Y la practicamos con comprensión, respeto, sensibilidad y paciencia.