Pentecostés renueva
Cada solemnidad litúrgica va más allá de una mera celebración: trae consigo gracia propia. La de hoy, la infusión del Espíritu Santo, con sus gracias y sus dones, para impulsarnos hacia la santidad. Con Él, nos planteamos metas más altas, evitando planteamientos reductivos o pesimistas, que nos aten a nuestras miserias. El Espíritu Santo nos impulsa a una santidad sin restricciones.