2 de febrero
Purificación
María, con Jesús en brazos, sale de su ocultamiento de 40 días previsto por la ley mosaica. Va al Templo, y se le anuncia que una espada traspasará su corazón en el ofrecimiento de su Hijo. La pureza se purifica, como para invitarnos a vigilar la propia pureza de nuestro corazón. Más que atender a las virtudes aisladas, monitoreemos nuestro corazón, del que procede todo lo bueno y lo malo.