Junio



Junio 5

Advertir los dones del Espíritu Santo

Cuando Jesús les anunció a sus Apóstoles que se iría, el corazón de ellos “se llenó de tristeza”. Pero les asegura que conviene que así suceda. Porque enviará algo que supera toda capacidad de imaginación: una Persona que es Espíritu Puro, que será “otro” Consolador, que vivirá en ellos. El Espíritu de Amor, que nos invita a ser dóciles a su acción. Es la clave para ser santos: esperar la luz y la moción ahí, en el “alma de nuestra alma”, donde Él reside.



6 de junio

Amor pacato

“Huye del triste amor, amor pacato…”. Esta poesía de Antonio Machado puede darnos tema para nuestra oración. Porque el amor triste, el amor pacato, es el amor que se queda a medias, que no llega a la totalidad. Es triste que eso suceda en el amor humano, y más triste en el divino. Es la tibieza, que trae consigo infelicidad. Nos precavemos de ella con la contemplación y la oración de escucha.



Junio 7

Víspera de Pentecostés

“El Espíritu Santo ruega conforme a la voluntad de Dios por los que le pertenecen”, dice san Pablo en la carta a los Romanos. Nosotros queremos pertenecer plenamente a Dios, y ahora deseamos hacerlo consagrándonos al Espíritu Santo. No queremos ser huesos secos, sino seres vivificados; sin el Espíritu Santo, Dios se convierte en un ser lejano, Cristo en un recuerdo del pasado, la Palabra de Dios en letra muerte. Con Él, todo vive.