Quién es



Tanto tiempo y no me conoces

Felipe, tanto tiempo hace que estoy con ustedes, ¿y no me conoces? (Juan 14, 8). Podríamos poner nuestro nombre en lugar de Felipe… ¿realmente conocemos a Jesús? Amable y silencioso, en la Eucaristía. En un llamamiento de amor, en su Sagrado Corazón. ¿Comprendemos las alegrías que podríamos darle si tuviera en nuestro corazón su morada habitual? ¿Lo conocemos como un mendigo de amor?



Conocerlo de primera mano

El conocimiento de la vida del Señor es salvación. Conocer a Jesucristo supone no detenerse en el tiempo como los instantes presentes que transcurren, sino que abarca pasado y futuro. El mismo Señor actúa con la gracia propia de ese pasaje o de esas palabras. Saber orar con la Palabra de Dios: lectio, meditatio, oratio, contemplatio. Valor oracional de los Salmos.



Jesús, Palabra única

San Pablo aclara que quien predique un evangelio distinto, sea anatema. Porque el único Evangelio es el de Cristo, cuyo contenido es Cristo mismo. El papa Francisco insiste en esa palabra única, Jesús, y la inseparable: oración. Es encontrar una mirada previa a la nuestra, y una voz que nos señala un camino. La clave es, pues, dejarse llevar.