Pasión



Sintonizar en la Pasión

San Juan dedica nueve capítulos (del 13 al 21) a relatar el Misterio Pascual de Cristo. Abre el relato con el motivo: un amor hasta el extremo. Intentar la sintonía con Aquel que padecerá y morirá por nuestro amor. Apreciar, por ejemplo, el signo del crucifijo: Jesús sigue ahí. Y la meditación del Via Crucis, sabiendo acompañar cada paso de ese camino.



La Cruz y el Altar

Manantial inagotable de contemplación es la pasión del Señor. Acerquémonos a Cristo muerto con temor y temblor. Y participemos con conciencia en esa muerte, porque ahí estamos en cada Misa. Compartiendo con Jesús su oblación, en compañía de María.



Devoción a la Pasión de Cristo

San Juan Pablo II pidió, el último día de su vida en la Tierra, que le rezaran el Via Crucis. ¡Cuánto nos sirve contemplar la Pasión! Ha sido la gran escuela de los santos. Meditando el sentido de la Pasión descubrimos el enorme valor del sufrimiento, y acabamos aprendiendo que sufrir enseña a amar. El camino para llegar a las estrellas es a través de lo arduo: per áspera ad astra.