Contemplación



Comenzar el Cielo con la contemplación

Pensar en los novísimos no es útil solo para evitar el infierno, sino también para ilusionarnos con el Cielo. Aunque sea un misterio, tenemos en el amor un indicio de lo que será esa inefable dicha. Adelantemos el Cielo con el descanso contemplativo, con la mirada permanentemente puesta en Jesús, que es Quien nos espera en el Cielo.




San José contemplativo 

Santo que vive sólo para el proyecto de Dios, santo de humildad que orienta su entera existencia a servir a Jesús y a María. Maestro de contemplación en lo doméstico, porque supo estar, lleno de la paz que le daba la conciencia de hacer lo que debía, en el ámbito de la fe y del amor.



La dicha de la divina amistad

¿Qué textos de san Josemaría podríamos ofrecer como síntesis de su mensaje? Quizá dos: la homilía “Amar al mundo apasionadamente” y la homilía “Hacia la santidad”. Esta última se emplea en el Oficio propio, y recuerda que es voluntad de Dios nuestra santificación. ¿El camino? La Humanidad Santísima de Cristo, participando en “la dicha de la divina amistad”.