Vocación



La vocación es misterio

Dios es Dios, lo cual significa que llega a la previsión, al acompañamiento, a la disposición de cada aspecto de nuestra vida. A nosotros nos pide dejarnos conducir, porque nos amó con anterioridad a nuestra respuesta, y nos amó desde siempre. Fidelidad a la propia vocación, y abandono al proyecto de Dios.



Tu tesoro, tu corazón

Un personaje anónimo del Evangelio: el joven rico. Su nombre se pierde en el olvido; no es recogido ni siquiera en la tradición, como sucede con otros personajes anónimos del Evangelio. No hacer la opción radical por Jesús y quedarse anclado en lo material impide atender al “ven y sígueme” y, por tanto, perder la felicidad de la vida.



Proyecto único, irrepetible.

Dios tiene un proyecto único e irrepetible para cada hombre. Él llama a la existencia asignando a cada uno un plan y una misión irremplazable. Es un “proyecto de amor creativo”, no una autorrealización. Amar la vocación personal, en nuestro caso, al Opus Dei. En esa historia puede haber momentos de entusiasmo, pero también desolaciones y pruebas. Pero todo está dentro de una Providencia amorosa.