Vocación



La vocación como iniciativa divina

Nadie puede venir a Mí si no lo atrae el Padre que me ha enviado (Jn 6, 44). Frase luminosa: si el Padre no nos hubiera traído, conducido, transportado, no estaríamos con Cristo. Nuestra vida es un diseño de Dios, hasta en sus menores detalles. El peligro estaría en la queja ante lo que sobrevenga, o en la duda de ser conducidos por una Providencia amorosa. Cuidando las cosas pequeñas seremos fieles y felices.



18 de marzo

Fieles a la vocación

¿No sabían que yo debo ocuparme en las cosas de mi Padre? Revelación que nos hace comprender la radical trascendencia de ser fieles al proyecto de Dios para con cada uno. A pesar de las dificultades, oscuridades, cansancios, desalientos, la fidelidad a la vocación nos hace felices y nuestra vida se llena de fruto.



Toda vida tiene su propio código

Dios es el artista creador que ha creado todo desde su Sabiduría. Por eso nadie viene a la tierra sin proyecto: “cada vida entraña su propia vocación; tiene su propio código y su propio camino” (Benedicto XVI). No se trata sino de dejarnos llevar por esa Sabiduría, correspondiendo con el cuidado de las cosas pequeñas que mantienen vivo el amor.