Voluntad de Dios


Dejar el cielo para…

He bajado del cielo… revela Jesús en el capítulo VI de san Juan. ¿Qué será tan importante como para tener ese descenso? Cumplir la voluntad del Padre. Valoremos la importancia de hacerlo, incluso en los detalles mínimos de sonreír en las contrariedades, en hacer exactamente lo que Él espera de nosotros, en mantener siempre la paz ante cualquier circunstancia.



Mi identificación contigo

¿Quiénes son mi madre y mis hermanos? Jesús responde diciendo que quienes hacen la voluntad de su Padre. ¿Y cuál es esa voluntad? Que nos identifiquemos con su Hijo. Que creamos que nuestra vida ha de vivirse en Cristo, en una ininterrumpida comunión. Buscarlo, encontrarlo, gozar de su compañía y realizar la fuerza unitiva del amor. Esa es la felicidad.



Siempre y en todo la voluntad de Dios 

La voluntad de Dios está presente siempre y en todo. El reto es descubrirla, aunque vaya en contra de la nuestra propia. Tres grados de fidelidad a esa voluntad: primer grado, cumplirla en lo externo; segundo, cumplirla en las mociones interiores y, tercero, dejar que sea Él quien conduzca nuestra vida. Entonces tendremos paz en el alma, y nuestra libertad se va al infinito.