Conversión



Purifica tu interior

Nos situamos en nuestra verdad cuando reconocemos que en el origen de nuestros pensamientos y deseos hay un fondo de corrupción. Eso nos inclina a la contrición y a la vigilancia, haciendo que reconozcamos los pecados veniales y los movimientos desordenados. Entonces el Espíritu Santo podrá conducirnos con facilidad.



Cambiar en Pascua

Ser cristiano no consiste en el cumplimiento rutinario de unas costumbres, sino que comporta un cambio radical. Pasar de la muerte a la vida, de una existencia horizontal y centrada en el yo a una existencia planteada en términos de donación y desprendimiento. Cuando nos tomamos en serio las cosas de Dios, entonces somos santos.



Conversión y tiempo de penitencia

Es bueno comenzar por el principio. ¿Y cómo comenzó Jesús? Invitando a la conversión y a la penitencia. Hagámoslo también, porque siempre tenemos algo que debemos rectificar, modificar. A Dios le agrada tanto la contrición, dice san Francisco de Sales, que si los demonios pudieran tenerla, incluso a ellos los perdonaría.