Amor a Dios



A peso de amor

Amor meus, pondus meus, decía san Agustín. Y santo Tomás: “El amor a Dios es la razón suprema de todas las cosas”. De manera que nuestro trabajo vale si está hecho por amor a Dios, con pureza de intención. ¿Cómo lograrlo? A base de ser contemplativos en las actividades cotidianas. La vocación al Opus Dei nos da la gracia para trabajar contemplando.



Detalles de Dios escondido

Si el dueño de la casa supiera a qué hora va a venir el ladrón, estaría vigilante… lo mismo ustedes, porque a la hora que menos lo piensen vendrá el hijo del Hombre. Podemos entender esta parábola comprendiendo que Jesús viene a cada instante, y estamos invitados a descubrir sus múltiples detalles, porque es “el primer Caballero”. Saber corresponder.



Del Amor al Amor

Verdad esencial: fuimos creados de la nada por un Amor Omnipotente. Venimos del Amor y a él vamos, sin perderlo de vista en cada acción. ¿Peligros? La inconsideración, es decir, la precipitación que lleva a no saber por qué hacemos las cosas, y el egoísmo. Haz continuos actos de amor, aunque pienses que solo son de boca.