Santísima Trinidad



Gloria a Dios Trino

La primera obligación de la criatura es la alabanza a Dios. Cuando actuamos “en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo” reconocemos a la Trinidad como principio y fin de todo cuanto existe. La contemplación de este misterio nos proporcionará el sentido de finitud de lo terreno y nos ilusionará con la inmersión eterna en el seno de Dios.

 

Trinidad: Misterio de Amor

Dios quiso establecer con los hombres una relación no exclusivamente con su verdad de Único, sino también en su ser íntimo, su verdad de Trino. De este modo comprendemos que, al crearnos a su imagen y semejanza, nos identificamos con Él en la medida en que amamos. Plantearnos nuestra vida como donación continuada.



Alabar a la Santísima Trinidad

El que quiera salvarse, debe tener la fe católica, dice el Símbolo Atanasiano. La verdad central de la fe católica es el dogma de la Santísima Trinidad. Este dogma no debe quedarse sólo a nivel conceptual, sino vivencial, con el ejercicio de las virtudes teologales para llegar a una especial vivencia y especial relación con cada una de las Personas de la Trinidad.