Dominical



Dies Domini en diversos sentidos

La carta Dies Domini de san Juan Pablo II, sobre la santificación del domingo, nos abre grandes horizontes para comprender este día de la semana como el núcleo de la fe cristiana. No solo por ser la Pascua semanal, sino también porque el primer día de la semana comenzó Dios su obra creadora. Valorar este día como propio del Señor, dedicándole nuestra mejor atención.



Día del Señor

La etimología misma viene en nuestra ayuda: hoy es un día especialmente reservado para el Señor. No es el día del sol (sun-day), ni el del dios Marte o Saturno. El mejor acto de culto, el mejor modo de hacer la dedicación de este día especial es a través de la Santa Misa, uniéndonos de manera intrínseca e inmediata a la Víctima del Calvario.



El domingo con el Resucitado

¿Qué evoca en nosotros el domingo? ¿Lo mismo que al mundo, es decir, un día orientado al esparcimiento? Recordemos su estrecha relación con el núcleo mismo del misterio cristiano: Jesús Resucitado, vivo, a quien hemos de encontrar. Y la tranquilidad del domingo ayuda especialmente. San Josemaría invitaba: “¡Cristo, quién te viera para quedar herido de amor por ti!”. Se esconde para que los busquemos con mayor ardor.