Dominical



Dies Domini en diversos sentidos

La carta Dies Domini de san Juan Pablo II, sobre la santificación del domingo, nos abre grandes horizontes para comprender este día de la semana como el núcleo de la fe cristiana. No solo por ser la Pascua semanal, sino también porque el primer día de la semana comenzó Dios su obra creadora. Valorar este día como propio del Señor, dedicándole nuestra mejor atención.



Día del Señor

La etimología misma viene en nuestra ayuda: hoy es un día especialmente reservado para el Señor. No es el día del sol (sun-day), ni el del dios Marte o Saturno. El mejor acto de culto, el mejor modo de hacer la dedicación de este día especial es a través de la Santa Misa, uniéndonos de manera intrínseca e inmediata a la Víctima del Calvario.



La Misa fundamenta la existencia cristiana

Tenemos la impresión de que el primer día de la semana es el lunes, y no es así: el primero es el Domingo, porque ese día resucitó Cristo y todo comienza: la vida nueva de la reconciliación con Dios y la filiación divina. Por eso damos culto al Señor asistiendo a la Santa Misa, que fundamenta la existencia cristiana. Estar presentes en el momento en que se lleva a cabo nuestra redención y participar de la alegría de la Resurrección.