Gracias a Dios por darnos a María
Ante la curación de diez leprosos, Jesús manifiesta su penar porque solo uno volvió a darle las gracias. Que no ocurra eso con nosotros. Procuremos no tanto darle gracias por los pequeños dones cotidianos (que es muy bueno hacerlo), sino también por los inmensos dones sobrenaturales. Entre ellos, el de habernos dado a su Madre, la más hermosa, la más santa y la más buena y cariñosa de todas las mujeres para que nos lleve siempre en su regazo.
Una gran señal
Dios nos envía muchas señales, pero el libro del Apocalipsis habla de una “gran señal”. Es la mujer vestida de sol, la luna a sus pies y una corona de doce estrellas en su cabeza. La gran señal nos enseña que la ciencia que más importa es que arda en nuestro corazón la llama de amor viva, como arde en el de Ella.
7 de octubre
Del corazón de María
“No se ve bien sino desde el corazón”, decía Saint-Exupery. Ver a Cristo desde el corazón de María es la clave del Rosario: entrar en la esfera vital de Ella para contemplar la hermosura de su Rostro y percibir la profundidad de su amor. Hoy, día de la Reina del Santísimo Rosario, queremos vivir atentamente la devoción del mes.