Pide a María su amor por Jesús
Al niño se le suele dar regalos. Jesús nos dijo que nos hiciéramos como niños. Vamos, pues, a pedirle un regalo a nuestra Madre. ¿Cuál será el mejor de todos? Sin duda su amor por Jesús. Es una aspiración imposible, pero se vale soñar. Un amor intenso, que erradique la tibieza. Un amor continuo, que evite los huecos vacíos en nuestro día, porque estamos enamorados. Un amor delicado, porque aprendemos del Corazón de Ella.
María es Madre
Una persona que sabe que morirá pronto declara sus últimas voluntades. Jesús en la Cruz nos deja su mayor tesoro: su Madre. Que la sintamos cada vez más cerca: le hablamos en el Avemaría y en tantos momentos que sentimos su compañía.
Humildad es dulzura
Nos alegramos en la celebración del Dulce Nombre de María, considerando la humildad que la dulzura conlleva. Lo contrario es la acritud, la dureza, la aspereza. ¿Imito a María en su dulzura? Su nombre, nombre de gracia, aleja los demonios de la soberbia y nos da la paz.