Misericordia



Sean misericordiosos

No todas las palabras de Jesús son poéticas y dulces. A veces adquieren tonos graves: ¡Vayan al fuego eterno, malditos! ¿La razón? Un corazón cerrado a la misericordia. Siendo misericordioso alcanzaré misericordia. Atender ahora a las obras de misericordia espirituales, por ejemplo, perdonar las injurias, llevar con paciencia los defectos del prójimo y alegrar al que está triste.



Justicia Misericordia Fidelidad  

El mayor misterio que ha aparecido sobre la faz de la tierra es Jesús. Y Jesús nos aterriza (es decir, nos baja a la tierra) los misterios celestiales. Jesús, la Sabiduría infinita, nos dice que lo importante de la ley son la justicia, la misericordia y la fidelidad. La primera justicia es para con Dios: y a Él le corresponde nuestro corazón.



Amnistía de misericordia

El sucesor de Pedro tiene la potestad de que, lo atado en la tierra, se ate en el cielo. Por eso, el Año de la Misericordia se decreta también por Dios, y nos alegramos por esta amnistía convocada. Misericordia en todo, pero principalmente ante el hecho del pecado en nosotros y en los demás.