Muerte



Como en Naím

El pasaje de Naím podemos leerlo, además de en su sentido histórico y literal, en un sentido espiritual. Nos revela qué sucede cuando el alma muere. Como ve la faz de Cristo, entra en la Vida, y es entregado a María. Preparar ese instante, llenándonos de ilusión por ver el rostro del Señor. Saber adelantar en el amor con cada actividad.



Piensa en tu muerte y prepárala

Memento mori, decían los romanos. Y también: Respice post te! Hominem te esse (“Mira tras de ti. Recuerda que eres hombre”). Yahvé le dijo a Adán: “Acuérdate que del suelo fuiste formado”. Pensar la propia muerte nos lleva a disponernos adecuadamente a ella, principalmente a desearla como el encuentro de amor que decide nuestra eternidad.