Orar con el Evangelio
“Nada hay más hermoso que haber sido alcanzados por el Evangelio, por Cristo. Nada más bello que conocerlo, y comunicar a otros la amistad con Él”. Fundamentemos en esto nuestra vida. Cuidar que la oración no se convierta en búsqueda de soluciones institucionales, sino en incursionar, a través del Evangelio, para conocer al Cristo de ayer, logrando así el conocimiento del Cristo de hoy.