Conversión



Conversión y tiempo de penitencia

Es bueno comenzar por el principio. ¿Y cómo comenzó Jesús? Invitando a la conversión y a la penitencia. Hagámoslo también, porque siempre tenemos algo que debemos rectificar, modificar. A Dios le agrada tanto la contrición, dice san Francisco de Sales, que si los demonios pudieran tenerla, incluso a ellos los perdonaría.



En estado de conversión

Jesús comenzó su predicación diciendo: “Conviértanse, porque está cerca el Reino de los Cielos”. El Reino de los Cielos es Él, y realmente está cerca si nos convertimos. Podemos hacerlo a través de constantes actos de contrición, a través de la docilidad a las mociones del Espíritu, y a través de tomar como regla de vida su Palabra en la Escritura.



Lo primero es convertirse

El primer mensaje de Jesús, al comienzo de su vida pública, es la conversión: “Conviértanse y crean en el Evangelio”. Quizá nos acordamos de evangelizar, pero no tanto de convertirnos y predicar la necesidad de conversión. ¿Asumo que la conversión del mundo comienza con mi conversión personal?