Conversión



Purifica tu interior

Nos situamos en nuestra verdad cuando reconocemos que en el origen de nuestros pensamientos y deseos hay un fondo de corrupción. Eso nos inclina a la contrición y a la vigilancia, haciendo que reconozcamos los pecados veniales y los movimientos desordenados. Entonces el Espíritu Santo podrá conducirnos con facilidad.



Conversión y Reino de los Cielos

La primera predicación de Jesús consiste en invitar a la conversión porque el Reino de los cielos está cerca. Invitación permanente, pues ese reino –Jesús resucitado– está siempre muy cerca, pero necesitamos convertirnos a Él de continuo. Lo hacemos con los actos de contrición, con la docilidad al Espíritu Santo y con la Sagrada Escritura.



Cambiar en Pascua

Ser cristiano no consiste en el cumplimiento rutinario de unas costumbres, sino que comporta un cambio radical. Pasar de la muerte a la vida, de una existencia horizontal y centrada en el yo a una existencia planteada en términos de donación y desprendimiento. Cuando nos tomamos en serio las cosas de Dios, entonces somos santos.