Invitación permanente a la conversión
Jesús anuncia el Reino de los Cielos e invita a la conversión. Nadie está confirmado en gracia; todos estamos cayendo y levantándonos. Una tarea permanente a lo largo de toda la vida. Estoy como un niño que balbucea, decía san Josemaría al cumplir 50 años de sacerdote. Nosotros estamos también siempre recomenzando.