Fe



Fe en un Amor providente

En medio de la tormenta, los apóstoles despiertan a Jesús despiertan para que los salve. Él les reclama su falta de fe (Cf. Mateo 8, 27ss). Admirable. ¿No hubiéramos hecho nosotros lo mismo que ellos? Pero al ordenar al viento y al mar que enmudezcan, nos reafirma su Omnipotencia. Este poder está mediado por el Amor. Pensemos en la fe de santa Mónica cuando con oraciones y lágrimas de muchos años obtiene la conversión de su hijo Agustín.



Altar y Cruz es la Misa

Si vivimos bien la Misa, experimentaremos los frutos de la Redención.
Aprender a cambiarnos de mundo: estamos en el mismo lugar pero al mismo tiempo nos trasladamos a otra dimensión.
Cuidar la falta de fe, el peligro de la rutina y las distracciones. ¿Qué detalles podemos advertir para sacar más fruto de la Misa?



Ver desde la orilla de la fe nos llevará a entender mejor

Jesús dijo un día a sus discípulos: “Vamos a la otra orilla”. ¿Qué podrá significar hoy para nosotros esa invitación? Un cambio de paisaje: vemos otra realidad, razonamos con otras categorías. Estando en el mundo de la fe todo cambia. ¿Cómo tener una fe incondicionada y sin temores?