Fe



Luz que ilumina a todo hombre

El Prólogo del Evangelio de San Juan es una de las más sublimes páginas de la Escritura. Confiesa abiertamente y sin ambages la divinidad de Jesucristo. Emplea para ello la imagen de la luz, que el Señor retomará asociándola a su Persona. La alternativa es caminar en la luz o andar en tinieblas. Recuperemos la intensidad de esa luz, con fe viva, en la Misa, en la oración, en toda circunstancia.



Bienaventurada tú que has creído

Isabel reconoce la fe de María, y la llama por eso bienaventurada. María abre su corazón al anuncio del ángel con fe absoluta y total, pasando por encima de todas las razones humanas. En el fondo, todo problema que podamos tener, es un problema de fe. Dios está fuera de mí y dentro de mí, me envuelve y me espera. Encendiendo el switch de la fe me lo encuentro.




Miedo es falta de fe

A Jesús le resultan especialmente dolorosas dos actitudes: la hipocresía y la falta de fe. Y relaciona ésta con el miedo: “¿Por qué tienen miedo, hombres de poca fe?” Valentía para cuestionarnos si nuestros miedos no tienen ese origen.