Fe



Fe es abrir el corazón

Jesús cura al hombre de la mano paralizada y los escribas y fariseos, en lugar de creer, se llenan de furor contra Él. Lidia, la vendedora de púrpura de la ciudad de Filipos, al oír a san Pablo, abre su corazón a la fe. Dos actitudes: ante cualquier situación de la vida, descubre la Mano amorosa de un Dios que todo lo dispone para nuestro bien.



Fe y sentido sobrenatural

Los discípulos piden a Jesús que les aumente la fe. Si tuvieran fe… les contesta. Sí, con fe haríamos grandes prodigios, porque dejaríamos actuar a la omnipotencia de Dios. Descubrirlo en todas las circunstancias. Lo rechazaríamos, por ejemplo, cuando hacemos un mohín de disgusto ante cualquier contrariedad. A partir del versículo 25 de san Mateo encontramos maravillosas enseñanzas de Jesús sobre la fe.



Huida a Egipto, lección de fe.

Fe de la Sagrada Familia que obedece inmediatamente al ángel que avisa la persecución de Herodes. Necesitamos la fe acerca de los contenidos en los que creemos, pero sobre todo la fe con la que creemos, es decir, la firmeza y la constancia de la misma. Ante lo que ha acontecido, acontece o acontecerá en nuestra vida no nos preguntemos ¿por qué?, sino ¿para qué? Dios nos ha enviado, nos envía y nos enviará lo mejor para nuestra santificación.