Fe es abrir el corazón
Jesús cura al hombre de la mano paralizada y los escribas y fariseos, en lugar de creer, se llenan de furor contra Él. Lidia, la vendedora de púrpura de la ciudad de Filipos, al oír a san Pablo, abre su corazón a la fe. Dos actitudes: ante cualquier situación de la vida, descubre la Mano amorosa de un Dios que todo lo dispone para nuestro bien.