El tesoro es el amor
Dos pequeñas parábolas: el tesoro escondido y la perla preciosa. ¿En qué radican? En el Amor de Cristo, pues Él nos ama a nosotros como el Padre lo ama a Él. Y espera correspondencia. Entonces, si lo hacemos, recibimos más amor, pues el amor es la paga. Cuidar, por tanto, la rutina, el envejecimiento del amor. Que sea siempre joven, porque descubre nuevos detalles.