Octava meditación
– Curso de retiro para sacerdotes – 
El infierno y satán

Estamos invitados a no seccionar, en nuestra predicación, la totalidad del dogma. Y el infierno y su eternidad son dogmas de fe. Considerar esa terrible posibilidad será para nosotros saludable, sobre todo en momentos de cerrazón, de especiales tentaciones. Y lo será también para los feligreses, advirtiéndoles de la continua y perversa acechanza del demonio. A nuestro alcance está un sencillo exorcismo: el agua bendita.



Novena meditación
– Curso de retiro para sacerdotes – 
Cielo y oración contemplativa

¡Cuánto nos anima pensar en el Cielo! Sabernos partícipes de la eterna bienaventuranza de Dios, envueltos en su Amor infinito. La esperanza teologal nos asegura que llegaremos al Cielo, y nos alienta a comenzarlo en la tierra, con nuestra oración contemplativa. Ahí vemos el Rostro que veremos, ahí nos unimos al Corazón que nos recibirá para siempre. Recoger el corazón para llegar a la presencia de Aquel que nos aguarda.



Décima meditación
– Curso de retiro para sacerdotes – 
La vida de Cristo es la vida del sacerdote

Cristo revela al sacerdote el propio sacerdote, y le descubre la sublimidad de su vocación. Como Cristo, el sacerdote predica, sana enfermos, expulsa demonios, hace milagros (¡la transustanciación!), consuela a los afligidos; Cristo da al sacerdote el poder sobre su Cuerpo real y sobre su Cuerpo místico. Deberá, pues, el sacerdote, encontrar en la vida de Cristo su propia vida, llenándose de Él tanto ontológica como psicológicamente.