Segunda meditación
– Curso de retiro para sacerdotes –
Vocación

Reconozcamos el gran don del Señor al habernos llamado para ser sus sacerdotes. Un gran regalo que es, al mismo tiempo, un misterio que nos rebasa. Nuestra fidelidad ha de ser consecuencia del amor, y la construimos día a día, con una continua afirmación a sus mociones. Nos servirá repasar, de vez en cuando, el capítulo del Código de derecho en el que se habla de las obligaciones de los clérigos.



Tercera meditación
– Curso de retiro para sacerdotes – 
El sacerdote tibio

La figura del hijo mayor de la parábola del hijo pródigo nos da qué pensar. Trabajaba en las cosas de su padre, pero con el deseo oculto de obtener beneficios, no por amor a su padre. Es el retrato psicológico del hombre tibio, que no se emplea a fondo y desinteresadamente. Y el demonio tiene gran interés en fomentar la dejadez, la mediocridad en los sacerdotes porque, si no, se convierten en sus más terribles enemigos. Identifiquemos los síntomas.



Cuarta meditación
– Curso de retiro para sacerdotes – 
Pecado y poder de perdonar

Pedir a Dios la gracia de redimensionar la gravedad del pecado, en nosotros y en las personas que nos han sido confiadas. Habituarnos a situaciones de pecado crea un hábito que nos adormece. Piel fina: detectar ocasiones peligrosas, desagraviar y dedicarnos con espíritu de sacrificio a administrar el sacramento del perdón.