Pentecostés (incluye Decenario)



Tercer día del decenario: Don de Esperanza

Desde el principio de la Creación, el Espíritu de Dios es enviado como el influjo vital: Él es Señor y Vivificador. La faz de la tierra se renovará por la acción del Espíritu Santo; podemos empezar porque renueve la faz de nuestro propio corazón.



Espíritu Santo: Llama de Amor viva

Ure igne Sancti Spiritus! El Espíritu Santo desciende como lenguas de fuego. ¿Qué sentido tiene la imagen del fuego? Purifica, enciende, resplandece, transforma. Ya los antiguos imaginaron que el fuego era propio de los dioses, habiendo sido robado por Prometeo. La Llama de Amor viva es el Espíritu Santo: nos trae el fuego de Amor que procede del Corazón de Jesús.



Cuarto día: Cómo oír al Espiritu Santo

El Espíritu Santo hace posible que tu alma pueda saborear los misterios de Dios. Eso sucede gracias al don de Sabiduría, el más alto de los dones del Espíritu Santo. Ese don nos produce el gozo de las cosas de Dios.