Don del Dios Altísimo
En Pentecostés, los Apóstoles son robustecidos por el poder de lo alto, y comienza el tiempo de la Iglesia. Altissimi donum Dei, canta el himno. Un inmenso regalo de Dios Altísimo, que es ya nuestro, que es para nuestro uso y disfrute. Sería muy triste que no lo empleáramos. ¿Cómo aprovecharlo? ¡Deseándolo! Él viene en quienes tienen conciencia de su pobreza, y claman por su auxilio.