Diciembre



20 de diciembre

Aguardamos en Adviento la segunda venida de Cristo

La primera venida de Cristo fue hace dos mil años. Otra tendrá lugar al final de los tiempos. Y hay una tercera venida, la de este instante. En la primera fue nuestra redención, en la segunda, nuestra vida; en esta, nuestro descanso y nuestro consuelo, que nos hace mantener la vista hacia el futuro. Un futuro del establecimiento del reino de los cielos. El cristiano se sustenta en la esperanza y la difunde.



21 de diciembre

Que tu fe lo abarque todo

La alabanza de Isabel a María -bienaventurada tú que has creído- resulta muy ilustrativa: los frutos de la redención vendrán por el corazón abierto a la revelación de Dios. Veamos a Dios con los ojos abiertos y con los ojos cerrados, descubriéndolo en cada realidad. Si la fe es nuestro modo de vida, estaremos inmersos en ese mundo que escapa a los sentidos pero que es el único permanente.



22 de diciembre

Magníficat: canto de humildad

La humildad de María y el aprecio de Dios y de Ella a esta virtud se despliega en el Magníficat. El Señor resiste a los soberbios: ellos permanecen con el corazón cerrado, ubicándose en la mentira y el desamor. Entre los múltiples disfraces de la soberbia, advirtamos también la soberbia espiritual, que nos inclinaría a pensarnos buenos, olvidando que todo es don de Dios.