Julio



2 de julio

Las gracias especiales de san José

Los miércoles, san José. El santo más grande después de santa María. Recibió gracias especiales de todo orden, aunque ahora nos fijaremos en la vida de confiada familiaridad que tuvo con Jesús y con María. Podemos preguntarnos si nosotros gozamos con nuestra vida interior, y si es ahí, en la oración o en la Eucaristía, donde mejor estamos. María y Jesús serían también muy amigos de José, conversarían largamente. A esa familia pertenecemos.



Julio 3

Santo Tomás Apóstol y la fe

En la memoria litúrgica del apóstol Tomás, aprendemos de su incredulidad. Y le debemos también la hermosísima confesión de fe que se sigue repitiendo en la elevación de la Eucaristía: ¡Señor mío y Dios mío! En el fondo, cualquiera de nuestros problemas encuentra su raíz en la falta de fe. Pongamos la visión de fe en los acontecimientos de cada día: en la infinitud de Dios todo está previsto.



Julio 4

Nuestra Señora del Refugio

Alegría, serenidad y consuelo saber que María es nuestro refugio. La etimología de esa palabra hace referencia a volver atrás, ampararse, buscar cobijo al advertir los peligros. Entonces retornamos al lugar seguro que nunca debíamos haber abandonado. Ella es el refugio de los pecadores; en su regazo encontramos la ternura maternal con la que Dios quiere perdonarnos para que continuemos felices y tranquilos en nuestro caminar terreno.