Julio



Julio 5

La fe y el mundo real

Cristo es la luz de las naciones. Él ilumina a todo hombre que viene a este mundo: es el autor y el consumador de nuestra fe. Hemos de ejercitarnos en la fe, intentando advertir que nuestro mundo no es rígido, sino que tiene una grandísima suavidad. Por ejemplo, hay que considerar que estamos rodeados de ángeles. Así como aprendimos a hablar, a caminar, a peinarnos, a comer, etc., estamos invitados a escuchar y vivir las revelaciones de la fe, pues fides ex auditu.



Julio 6

María Gorett: pureza de corazón

La memoria litúrgica de santa María Goretti, mártir de la pureza, nos invita a revisar la pureza de nuestro corazón. Nada manchado puede entrar en la presencia del Dios tres veces santo, por lo que hemos de vigilar hasta en los mínimos detalles en los que aparezca alguna contaminación de nuestro interior. Pensemos especialmente en la rectitud de intención con la que hacemos nuestras tareas.



Julio 7

 Orar, tener vida interior.

El Señor nos invitaba a orar sin desfallecer. Quería que nos mantuviéramos en permanente comunicación con Él. Lo nuestro -y lo suyo- son los vínculos. El capitalismo quiere que el hombre no tenga vínculos, sino que viva en el individualismo. Es fácil comprobar que hay mucha vida exterior, pero ¿vida interior? “Aprenda el espiritual a estarse en advertencia amorosa de Dios”, invitaba san Juan de la Cruz.