Julio



Julio 17

No quiero tibieza

“Corazones partidos yo no los quiero, y si le doy el mío lo doy entero”. Busquemos no quedarnos a medias en la respuesta a Dios: es muy triste tener una vela encendida a Dios y otra al diablo. Quedarse a medias, como Absalón colgado de la encina, es un papel deplorable. Démosle todo a Dios, sin medianías. Entonces Él podrá hacer grandes cosas en nuestra vida.



Julio 18

Agua, vino y sangre

Al principio de los signos, encontramos a María. Intercede por el vino. Ese signo se culminará en la Última Cena, cuando el vino se convierta en sangre. A Ella le pedimos que interceda por nosotros para ver sangre en cada Eucaristía. Sabernos empapados y embriagados con ella cada vez que comulgamos.



Julio 19

Que sea amado

El Padre celestial se refiere a su Hijo como el Amado. ¿Lo es también para mí? ¿Es mi mundo interior un continuo encuentro con su mundo interior? El mayor bien, en realidad el único bien, se encuentra en el amor al Amado. La vida divina que está en cada uno de nosotros se despliega en los encuentros con el Amado.