Adorar la Sagrada Eucaristía



Ave verum

Ese hermoso himno eucarístico nos habla de la íntima relación entre María y la Eucaristía. El Pan se hizo de carne inmaculada, y por eso resulta apto para hacer recobrar a la carne humana su prístina pureza. En él se contienen todos los bienes, y experimentamos en su cercanía una incontable cantidad de beneficios, como explica san Alfonso en su pequeño libro “Visitas al Santísimo”.



Trata bien a tu Huésped

La mujer que, en casa de Simón el leproso, llena de atenciones a Jesús, nos recuerda nuestro deber de ser finos ante la Presencia Real. Enseñanzas de san Juan Pablo II, corroboradas con su propio ejemplo.



Cree, confía, ama.

En casa de Simón el leproso, la mujer pecadora (¿María Magdalena?) colma de atenciones a Jesús. Recibe de Él un maravilloso elogio: “Ha amado mucho”. Tenemos la oportunidad de demostrarle lo mismo en su Presencia Eucarística, postrándonos largos ratos hasta escuchar su palabra y sentir los latidos de su Corazón.