Adorar la Sagrada Eucaristía



Fe en el Dios escondido

“Te adoro con devoción, Dios escondido…”. Es le Eucaristía el compendio de todos los misterios de Dios, el sumo prodigio que excede la comprensión de toda mente creada, la verdad que confesaremos ante las espadas y el fuego. “Haz que yo crea en Ti más y más”, para que mi vida se llene de los frutos del amor eucarístico.



Visitar al Santísimo

Si el centro de gravedad de los cuerpos es el centro de la tierra, el centro de gravedad de los corazones ha de ser el Sagrario. La presencia de Jesús ahí no es una cuestión subjetiva: de hecho, Él está, al margen de lo que piense o haga. Ahí, junto al Sagrario, encontraremos lo más valioso de nuestra vida, y el mayor consuelo.



Apreciar la Eucaristía

A una semana del Corpus Christi consideramos las ansias de Jesús para quedarse en el Pan. ¿Comprendemos este Sacramento como una prueba de su Amor? ¿Está Él contento con nuestra correspondencia? En el Cielo advertiremos cumplidamente el inmenso bien que la Eucaristía supuso para nuestra vida y la de la humanidad.