Adorar la Sagrada Eucaristía



Un Dios escondido

En diversos lugares del himno Adoro te devote se habla del Dios escondido, oculto bajo las especies. Eso conlleva el silencio permanente, la inmovilidad, la paciencia, el dejarse comer. Toda una pedagogía de humildad, ante la cual mis actitudes soberbias resultan, cuando menos, ridículas.



Custodiar al Redentor en la Eucaristía

San José tuvo la tarea de ser custodio del Redentor, y cumplió cabalmente esa tarea, con corazón de Padre. A nosotros también se nos confía el Redentor, especialmente en el Santísimo sacramento. Es nuestro Huésped, y debemos ejercitar con Él la hospitalidad, esa cualidad que acoge y agasaja, con amabilidad y generosidad, a los invitados. Él viene del Padre, y de nosotros depende que se sienta como en casa en nuestros Sagrarios.



Jesús está en el Pan

En casa de Simón el leproso, Jesús alaba el amor de la mujer pecadora. Nos revela una “encarnación” del modo de ser de Dios: lo que le gusta también ahora. Vivámoslo con nuestros detalles de fe, confianza y amor en su Presencia Real. Entonces experimentaremos una vida llena de eficacia.