Jesús es Dios
No es sencillo afirmar que Jesús es Dios. Por eso fue condenado a muerte por el tribunal judío; por eso los islámicos fundamentalistas descuartizan cristianos. Una consecuencia de afirmar ese dogma consiste en ir a lo profundo en lo que a Jesús se refiere, evitando el riesgo de la superficialidad, por ejemplo, en las normas de piedad.
Mi conocimiento de Jesús
A uno de sus Apóstoles le dijo el Señor: “Tanto tiempo hace que estoy contigo, ¿y aún no me conoces?” ¿No mereceríamos idéntico reproche? ¿Hemos logrado captar el modo de ser de Jesús? ¿Su bondad, su paciencia, su amabilidad, su finura, su solicitud por cada uno? Una manera de conocerlo es fijarnos en la Eucaristía. O en su Sagrado Corazón: con sus brazos extendidos como si quisiera darnos un abrazo.
Conocer a Cristo para darlo a conocer
“A quien me reconozca abiertamente delante de los hombres, Yo lo reconoceré abiertamente ante mi Padre celestial”. Y para re-conocerlo, antes es preciso conocerlo. Porque se trata de remover los corazones para hacerlos capaces de buscar, encontrar, seguir, amar, permanecer en y con Cristo. Tarea delicadísima, superior a nuestras fuerzas.