Sagrada Escritura



Uno al que no conocen

El Adviento nos presenta constantemente la figura del Bautista. Dice “En medio de ustedes hay uno al que no conocen”. Apliquémoslo a nuestro caso: siempre podremos conocer mejor a Jesucristo. Intentémoslo a través de leer con profundidad sus palabras: lectio, meditatio, oratio, contemplatio. Se nos descubrirá como Maestro, Rey, Pastor, Médico, Sacerdote, Hostia, Heredero, Camino, Compañía, Meta…



Imprégnate de la Palabra de Dios 

Escudriñen las Escrituras; ellas dan testimonio de Mí, decía Jesús a los judíos (Jn 5, 39). Las Escrituras son un solo libro, y ese libro es Cristo. Si me impregno de ellas, vendrán a mi mente y a mi corazón esas enseñanzas, y resultarán luz para mis pasos. Leerlo con cariño, con actitud oracional y buscando desentrañar lo que tienen para decirme.



Orar con el Evangelio

“Nada hay más hermoso que haber sido alcanzados por el Evangelio, por Cristo. Nada más bello que conocerlo, y comunicar a otros la amistad con Él”. Fundamentemos en esto nuestra vida. Cuidar que la oración no se convierta en búsqueda de soluciones institucionales, sino en incursionar, a través del Evangelio, para conocer al Cristo de ayer, logrando así el conocimiento del Cristo de hoy.