Pureza, Santa



Pureza de conciencia, de pensamientos y de obras

La catequesis ha de destacar las bienaventuranzas, pide el Catecismo de la Iglesia, porque ahí está resumido el camino de Cristo, que conduce a la dicha eterna que anhela el corazón del hombre. La sexta habla de la pureza del corazón, que incluye múltiples facetas: la pureza de conciencia, la de pensamientos, la de afectos… el corazón ha de estar completamente purificado para ser capaz de ver a Dios.



Corazón puro

En el Sermón de la Montaña, cuya parte central son las bienaventuranzas, Jesús presenta el centro de su mensaje. Quedan inauguradas en su vida y en la vida de María y de los santos. Promete la capacidad de ver a Dios si tenemos limpio el corazón, porque la relación con Dios es cuestión de amor. ¿Tengo adicciones o dispersiones que me lo impiden?



Cruzada de pureza

Hay mártires de la fe, como los primeros cristianos, mártires de la caridad, como Kolbe, y mártires de la pureza, como santa María Goretti. Es precisa una acción –comenzando por la pureza personal- que contrarreste el ambiente de impureza. Buscar la finura de alma, y el encendimiento en el amor. María reveló en Fátima que los pecados impuros son los que más le desagradan.